El Jirón Quilca, ubicado en el Centro Histórico de Lima, es un espacio urbano rebelde por definición: desde su morfología, cuya traza diagonal evidencia la persistencia de un camino inca sobre la cuadrícula virreinal, hasta las actividades culturales que allí se desarrollan, muchas veces al borde de la legalidad. Bares tradicionales, centros culturales, comerciantes informales de libros y tiendas de música alternativa han convertido a Quilca en un referente de la contracultura en la capital peruana. Sin embargo, el desalojo de 63 libreros del "Boulevard de la Cultura" el pasado 14 de enero ha significado un duro golpe para la vida bohemia de este lugar.
A continuación, presentamos la propuesta de un Centro Cultural y Residencia para Artistas a cargo del arquitecto Ivan Ortiz quien, luego de haber investigado sobre las dinámicas urbanas que caracterizan a esta calle, desarrolló un proyecto de grado que representó al Perú en el Concurso Internacional Archiprix Madrid 2015. Sigue leyendo después del salto.
La "Manzana de Quilca" es un lugar emblemático que a partir de la década de 1990 se ha convertido en uno de los núcleos culturales de Lima. Esta manzana triangular se ubica en un eje cercano a la Casona de San Marcos y el Parque de la Exposición, ambos sectores culturales activos de importancia metropolitana. El resplandor de épocas pasadas persiste en esta zona a través de viejas casonas que aun se mantienen en pie; mas la degradación urbana, producto de múltiples problemas sociales, la ha llevado a aferrarse a los pocos espacios alternativos que ofrece a través de sus propios vecinos, gestores culturales y estudiantes.
Lejos de consolidar propuestas que potencien las dinámicas culturales del jirón Quilca, las autoridades ediles han optado por el cierre de centros culturales como El Averno: un espacio que contaba con 14 años de actividad hasta el año 2012 y que acogió más de 7000 artistas de distintas edades. El 14 de enero de 2016 el barrio cultural recibió una de sus más importantes bajas: el "Boulevard de la Cultura", centro comercial que reunía a más de 63 libreros informales, fue desalojado pacíficamente luego de 19 años de actividad. La ahora vacía "Manzana de Quilca" plantea una pregunta ineludible: ¿Se acerca el fin del Jirón Quilca como referente contracultural de Lima?
Un desalojo, una propuesta
El arquitecto Ivan Ortiz ha desarrollado desde el año 2012 una investigación titulada "Arte y Regeneración Urbana: Jr. Quilca (1990-2012)", bajo la dirección del Arq. Wiley Ludeña. A través de sus conclusiones y conociendo la demanda real de una reorganización de las dinámicas existentes en esta calle, ha planteado un proyecto arquitectónico que podría convertirse en parte clave de un plan integral de renovación que reactive este espacio degradado de Lima.
El proyecto se configura como un edificio híbrido, ofreciendo usos culturales, comerciales y residenciales. Todos estos usos reunidos en un grupo de siete predios degradados, con un total de 5.514 m2, insertados estratégicamente en el centro de la "Manzana de Quilca".
Este terreno tiene una forma triangular y está rodeado por tres calles. En consecuencia, el edificio reúne las actividades de éstas en una nueva calle central y una plaza: un espacio público que integra la dinámica de los alrededores en un solo lugar, generando un espacio para conciertos, comercio popular y la expresión artística libre.
El edificio es el resultado de un análisis profundo y comprometido con el lugar: la piedra angular para la regeneración del Barrio de Quilca, que incluye los usos específicos de este lugar dinámico y que reactiva un barrio emblemático de la cultura popular en Lima. La propuesta está sobre la mesa: la cultura alternativa en los espacios públicos de Lima merece una segunda oportunidad.